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Un Miércoles Santo difícil de olvidar

Impresiones de una hermana tras la estación de penitencia

Qué suerte la mía de acompañaros otro año más. Qué suerte la mía experimentar esas mariposas en el estómago cuando se abren las puertas del templo y entra de lleno la luz del exterior que instantes antes solo se intuía por el gran rosetón de la Basílica Menor.

Resplandecientes, los nazarenos del Silencio Blanco, con sus impolutos hábitos, marchan para inundar las calles. Quizá esto sea lo más parecido a la entrada en el Cielo, y Dios nos da la previa a los cofrades. 

Te he pedido tantas cosas, Señor: salud para los míos, salud a los enfermos. Ten misericordia. 

-Padre -te llamaba en mi interior-, que acaben las guerras, que no sufran más los perseguidos. Ten misericordia. 

-Padre, que se conviertan los que no poseen el don de la fe. Padre, por los pecados del mundo. Ten misericordia. 

-Padre, por los difuntos. Por mis abuelos Domingo e Isabel, dales el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua. Ten misericordia. 

Pero también he pedido con mucha fuerza cumplir tu voluntad, acatarla aun cuando no la entienda. Tener la conformidad y la sensata convicción que las cosas han de ser como quieres Tú y no yo. Que yo propongo y Tú dispones. 

Queridos hermanos de la Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento, Santos Mártires de Córdoba y Cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, hubiera querido que la estación de penitencia no acabase nunca, pese al dolor de pies, pese a la sed. Es tan larga la espera... Solo os digo que espero veros el año que viene a todos, formados frente a la puerta de la Basílica de San Pedro, con nuestro Señor y nuestra Virgen. Eso será la clara señal de que todo sigue igual, y por lo tanto, todo está bien.

Gracias, Señor. Gracias, Madre, por dejarme acompañaros después de un año tan difícil. Qué bonito es caminar a vuestro lado, qué bonito es sentir la presencia de Dios. 

¡Señor, qué bien se está aquí!

 

OSTENDE NOBIS, DOMINE, MISERICORDIAM TUAM.

 

Lucía Santiago Corpas

Hermana de la Misericordia y de los Santos Mártires


Hubo una tarde, hubo una mañana

Amaneció con luz radiante el Miércoles Santo. La Basílica abrió sus puertas a las diez, y enseguida comenzó el flujo de personas y familias enteras que querían rezar ante el Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo, presentados espléndidamente en sus pasos respectivos.

Algunas dejaban un ramo de flores, todos -sin duda- una plegaria. Las miradas se concentraron esta vez en el paso de palio, en el que la Mayordomía ha coordinado el trabajo de cinco talleres (carpintería, talla, dorado, orfebrería y bordado) para conseguir la cuadratura del círculo: que el paso sea totalmente nuevo sin dejar de ser exactamente igual. A ello se añadía el estreno de la saya bordada en oro que un grupo de camaristas han donado a la Señora.

Llegaron los representantes de las bandas que nos iban a acompañar y hermanos de otras cofradías que nos deseaban buena estación de penitencia; también nos visitaron dos partidos políticos, algo inusual fuera de los años en que no hay elecciones municipales. Y también el Ayuntamiento, encabezado por el alcalde, José María Bellido, que iba acompañado por José Antonio Nieto, miembro de nuestra Hermandad y consejero de Justicia, Administración Local y Función Pública de la Junta de Andalucía.

A las doce del mediodía, tras el rezo del Ángelus, nuestro Hermano MayorJosé Manuel Maqueda Estepa, realizó el ofrecimiento del homenaje a N.H.D. Francisco Pedregosa Castillo, que este año cumple 75 años ininterrumpidos de pertenencia a nuestra Hermandad. José Manuel Maqueda destacó la devoción de Francisco Pedregosa a nuestros titulares, a los que ha servido y ha cantado saetas durante muchos años en la estación de penitencia. De hecho, terminó su intervención recitando la letra de una saeta al Santísimo Cristo.

Una hora después, sin que en ningún momento se interrumpiera el continuo ir y venir de cofrades y devotos, se realizó un nuevo homenaje, esta vez a N.H.D. Manuel Sánchez Pradas; fue un reconocimiento a su dedicación y su trabajo, especialmente en tiempos difíciles felizmente superados hace ya dos décadas. Emocionado y agradecido, Manuel Sánchez recordó que todo lo que ha hecho ha sido exclusivamente por amor a nuestros Sagrados Titulares.

Emoción de ida y vuelta

A las dos de la tarde se cerraron las puertas de la Basílica, que no se reabrieron hasta las cinco y media. A esa hora empezaron a entrar los hermanos a los que, en los días previos, se les había extendido la papeleta de sitio. La Santa Misa fue oficiada por nuestro rector y párroco, Domingo Moreno Ramírez, a las seis menos cuarto; en ella nos animó a vivir la estación de penitencia desde dentro, considerando la Misericordia de Dios, que nos llegó por la Pasión y Muerte del Señor, y las Lágrimas en el Desamparo de su Madre, que son para nosotros consuelo y camino de salvación.

A las siete y veinte, cuando el haz de luz que entraba por el rosetón se concentraba en la paloma que representa al Espíritu Santo en lo alto del retablo, se abrieron las puertas del templo. Empezaron a salir los nazarenos del Silencio Blanco de Córdoba, esta vez en un número nunca alcanzado en los 86 años de historia de la Hermandad penitencial.

El sabor del barrio de San Pedro se concentró en la plaza, las estrecheces de la calle del Poyo y la Corredera. Más adelante, el recorrido por Tundidores, Maese Luis, Huerto de San Pedro el Real y Compás de San Francisco se ha convertido, pese a los pocos años que forman parte de nuestro itinerario, en una cita infalible de quienes gustan de disfrutar vivencias entrañables y emotivas.

Dentro de la Catedral volvimos a revivir la intensidad del silencio, la emoción de sentirnos en el corazón de la Iglesia y la serenidad de una oración que brotaba con facilidad, ayudada por las palabras del sacerdote que nos dirigía la plegaria en nuestro caminar bajo las bóvedas milenarias.

Desde que el primer templo forma parte de la carrera oficial, el regreso a San Pedro es una línea casi recta que recorre las calles Cardenal González, Lucano, Potro, LinerosDon Rodrigo. En este tramo se concentra la elegante belleza de las marchas que nos ofrecen la banda de cornetas y tambores Jesús Caído-Nuestra Señora de la Fuensanta y la de música de María Santísima de la Esperanza. Sobre todo en Lineros y Don Rodrigo, es también un sector que cada año concentra a más personas que quieren vivir, junto a nuestros titulares, algunos de los momentos más selectos y exquisitos de la Semana Santa de Córdoba.

Con un retraso motivado por las cofradías que nos precedían en carrera oficial, aunque mucho menor que el del año pasado, el cortejo del Silencio Blanco entró en la Basílica pasada la una de la madrugada, dejando la combinación se alegría y nostalgia que ya conocen nuestros hermanos. 

 

Ofrecemos a continuación tres álbumes del Miércoles Santo de 2023 que suman 151 fotos. Para ampliarlas, clic sobre las imágenes.

Fotos de N.H.D. Antonio Lucena Hidalgo

Fotos de N.H.Dª Amelia Atance Hernández

Fotos oficiales de la Hermandad